El ámbar gris, también conocido como ambergris, es la "trufa blanca" oceánica de la perfumería, un ingrediente para la preparación de fragancias, muy escaso y exclusivo.
La nota olfativa del ámbar gris es muy aromática, acuática, animal, embriagadora y oscura. Similar a resinas de incienso, almizcle y carbón de palo santo.
Se forma a partir de una secreción intestinal del cachalote, la cual debe flotar durante años en el mar para configurarse químicamente. Solo se transformará en ámbar gris si se dan las condiciones necesarias de tiempo, salinidad, temperatura, integridad del trozo e incidencia del sol, dando lugar a una de las materias primas naturales más apreciadas en la fabricación de perfumes.
Se encuentra flotando en el mar y se recolecta en muchas costas tropicales y subtropicales, incluyendo lejano oriente, Brasil y África.
Sustitutos sintéticos del ámbar gris
Los mayores problemas que plantea el ámbar gris son su escasez y su naturaleza heterogénea, 1 kilo se cotiza en el mercado en torno a los 30.000 euros y no existe un trozo igual a otro, difieren en forma, color y por supuesto propiedades aromáticas. Hay muchas variables que inciden en su calidad: la alimentación del cachalote, la temperatura del agua y los años que se ha "curado" la sustancia en el mar, entre otras.
Por ello hoy en día se utilizan sustitutos sintetizados de los principales componentes del ámbar gris, estos presentan aromas bastante nobles y agradables. El compuesto artificial mejor conseguido es el ambróxido, más conocido por su marca comercial Ambroxan, el cual demuestra un desempeño muy aceptable en colonias y perfumes.
Fragancias con notas de ámbar gris:
Creed Aventus
Creed Original Santal
Creed Green Irish Tweed
Ives Saint Laurent Y
Tom Ford Noir de Noir